Ética laboral en tiempos de cobot
“AAA busca un trabajador preciso, incansable y confiable para tareas extenuantes y repetitivas las 24 horas y los 7 días de los 7 con carga / descarga, ensamblaje, control de calidad y otras tareas específicas en entornos industriales. Es preferible la disposición a realizar trabajos arduos en ambientes nocivos o peligrosos”.
Pues bien, las empresas que buscan personal de estas características ya pueden contratar a un COBOT, la próxima generación robot colaborativo: es flexible y se integra con sencillez en cualquier entorno de producción; es ultraligero y compacto, tiene una dimensión total pequeña y se puede instalar fácilmente cerca de maquinaria o en lugares de trabajo reducidos.
Pero, ¿qué hace normalmente un cobot? Dadas las características que hemos mencionado anteriormente, en combinación con los modernos sistemas de visión que han alcanzado niveles de rendimiento muy elevados, pueden dedicarse al negocio de manipulación y montaje con una alta fiabilidad, compaginando su trabajo con el del ser humano, teniendo cargo de todas aquellas actividades con un alto nivel de repetibilidad que más sufren la posibilidad de error humano. Otro uso muy extendido está relacionado con la logística, en la actividad de paletizado y embalaje, en convivencia con el personal, relevando al operario de una actividad pesada e intelectualmente poco apreciable. Finalmente, uno de los usos más interesantes en mi opinión está relacionado con el uso para tareas inherentemente peligrosas que van desde el equipamiento de prensas y centros de mecanizado hasta el manejo de sustancias en áreas peligrosas.
Para completar la información, debemos recordar que el término cobot no solo se refiere a brazos robóticos sino también a aplicaciones de movilidad colaborativa, por ejemplo:
- AGV (Automated Guided Vehicle): unidad de movilidad colaborativa capaz de moverse con seguridad dentro de entornos “poblados” o con interferencia en rutas programadas;
- LGV (Laser Guided Vehicle): un AGV que utiliza la guía láser para ubicarse gracias a la triangulación y luego moverse dentro de un entorno
- AMR (Robot móvil autónomo): frente a los AGV o LGV es quizás el sistema más flexible gestionando una serie de mapas ambientales que les permiten gestionar de forma activa la posible presencia de interferencias en la ruta, calculando alternativas.
Precisamente por estas razones se está incrustando en nuestro sentir cotidiano una cuestión de carácter ético con implicaciones cada vez más profundas.
¿Los cobots representan a los "cortadores de cabezas" de la clase trabajadora con trabajos menos calificados? ¿Suplantarán la necesidad de contar con personal humano en los sitios de producción?
El futuro aún está borroso pero no se puede descartar que en un futuro el mundo de la transmisión se beneficie de este sistema.
